Queridos variopintos caballeros y damas, ¿recordáis que ayer Sweet Abbey estaba emocionada por algo? ¡Hoy ya he desenmascarado ese pequeño misterio! Os comienzo a contar:
Sweet Abbey salió misteriosamente por la tarde, cogió el coche y se fue. Me quedé muy sorprendida, no sabía a qué se debía ese repentino cambio de rutina. La seguí como quien no quiere la cosa y cuál fue mi sorpresa ¡de que iba para el zoo! Como este lugar está perdido de la mano de dios y para llegar a cualquier sitio decente había que recorrer horas de trayecto sinuoso, solamente pudo ir a un tímido zoo que subsiste como puede. Allí Sweet Abbey se encontró con su pequeño fortachón el cuál la había invitado para ir al zoo. A Sweet Abbey se le caía esa sustancia viscosa de la boca que podía llenar barriles (no sólo por el hermoso y vivaracho hombre, si no por la variedad de animales). En especial le parecieron sublimes los puercoespines y los coatís. Observen las imágenes que Sweet Abbey ha sacado.
Puercoespín. |
Coatí. |
¿Cuál os parece más hipnotizador? A Sweet Abbey los coatís, pero más que nada porque era un muy sociables y se acercaban a tocarle la mano. (♥)
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